A pesar de que un voluntario de una asociación animal intentó rescatarlo, el perro huyó asustado al hogar donde solía vivir con su dueño.
Fuente: La Vanguardia
En la ciudad china de Wuhan, epicentro de la pandemia del COVID-19, lamentablemente un hombre cometió un suicidio tirándose de un puente ante la preocupación por la grave situación que enfrenta el país por causa del virus.
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Lo más lamentable de este hecho es que, en los últimos momentos del hombre chino, los pasó junto a su mascota, el cual, al ver tan triste deceso, tan solo optó por quedarse en este puente a la espera de que su dueño pueda volver.
Asimismo, este hecho fue registrado el primero de junio en donde unos trabajadores que realizan labores de mantenimiento del puente le dan de comer, extrañados de que el animal permanezca allí desde aquella fecha. Finalmente, acabaron conectando su presencia con el suicidio del hombre, dueño del animal.
Estas imágenes tomadas por transeúntes, sorprendidos por la fidelidad del animal, no han tardado en hacerse viral en Internet, en donde los internautas relacionan esta situación con la historia de Hachicko.
Por otro lado, la Asociación de Protección de Pequeños Animales de Wuhan (SAPA) ha anunciado que se hará cargo del caso. “Los trabajadores de reparación nos dijeron que el perro había estado allí durante varios días desde que el propietario se suicidó. A partir de este incidente, el animal estaría con él en el puente. Ya se han lanzado imágenes de las cámaras de vigilancia para tratar de entender si hay algún miembro de la familia que pueda quedarse con el animal”, han explicado en sus redes sociales.
A pesar de que un voluntario de una asociación animal intentó rescatarlo, el perro huyó asustado al hogar donde solía vivir con su dueño.
Sin embargo, poco después el director de la asociación, Du Fan, explicó a medios locales que “desafortunadamente, no pudimos identificar a la persona en cuestión”, y ha añadido que “varias personas trataron de ayudar al animal, llevándole agua y comida, pero él se negó a comer o beber”.
Para finalizar, uno de los voluntarios de la asociación se comprometió a hacerse cargo de él hasta que apareciera un familiar, puesto que el animal se encontraba en peligro en la calle y tenía un grave riesgo de ser atropellado. No obstante, el animal, asustado, se escapó y regresó al vecindario del que era propietario su antiguo dueño.
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