Traer a casa a un nuevo integrante de cuatro patas puede ser una alegría para toda la familia, pero no especialmente para el gato. Estos animales suelen mostrarse bastante reacios a disfrutar de la compañía de otro felino. Es por este motivo, que en el caso de que tu gato no quiera ver al nuevo miembro de la casa, puede gruñirle e incluso, agredirlo.
Generalmente, los gatos suelen ser animales muy conservadores y territoriales, es decir, tienen la necesidad de mantener sus costumbres fijas y su espacio bajo control. Esta característica propia de los felinos nace de su instinto de búsqueda y seguridad.
Para ello, necesita conocer su espacio, grupo social y mantener sus rutinas. De esta forma, su entorno próximo le es conocido y sabe que no le va a faltar de nada, por lo que puede estar tranquilo.
Esto significa que cualquier cambio, por pequeño que sea, puede generar estrés en tu mascota, ya que rompe con los esquemas que tenía establecidos y la novedad se vuelve terreno desconocido, hecho que le genera inseguridad. Esto incluye un cambio de muebles, una mudanza, e incluso, un cambio en su caja de arena.
Por lo tanto, no es extraño que darle la bienvenida a otro minino en casa puede ser una sorpresa especialmente desagradable para tu gato, ya que, aunque sean de la misma especie, supone compartir su espacio y recursos valiosos con un completo extraño. En otras palabras, percibe al nuevo integrante como una amenaza.
Este hecho no tiene por qué suceder en todos los casos, pues dependerá de las características individuales de cada gato, pero habitualmente se da en aquellos felinos que no han sido socializados de cachorros con otros gatos.
También en aquellos casos en los cuales los propietarios pretenden que su peludo quiera compartir de buena fe su hogar con el recién llegado, pues este no tiene por qué querer prestarle su arenero, comida o cama al nuevo gatito. Un gato puede no aceptar al otro si los propietarios intentan forzar su relación juntándolos y no respetando que cada uno necesita su propio espacio y ritmo de adaptación.
Cuando un gato no acepta a otro, lo manifiesta claramente mediante su lenguaje corporal, adoptando una postura de amenaza y mediante la comunicación sonora a través de bufidos y gruñidos.
¿Cuánto tardan dos gatos en llevarse bien?
No existe un plazo de tiempo concreto en el cual se determine que un gato debe aceptar a otro gato, ya que este proceso de adaptación podría llevar días, semanas o meses según cada caso. Esto debido a que la reacción de cada gato será distinta en función de sus características individuales, como su edad, carácter, experiencias previas o genética.
Manténlos separados
Los primeros días, sí o sí deberán permanecer separados. Es decir, deberás instalar al nuevo minino en una habitación o zona de tu casa en la cual se encuentre solo, a gusto y se sienta seguro. Por lo tanto, tendrá que tener a su disposición todas las necesidades esenciales: agua, comida, arenero, juguete. Este ambiente favorecerá a que se adapte bien a su nuevo hogar y familia.
Por otro lado, evitar que se encuentren de repente en la misma zona y/o habitación minimizará los riesgos de que ocurra cualquier incidente estresante que pueda generar una mala experiencia y empeorar la relación entre ambos.
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