La misión de los canes consiste en buscar excrementos de animales en riesgo, de donde los investigadores obtienen información genética, fisiológica, toxicológica y alimenticia.
Fuente: Gizmodo
El Centro de Biología de la Conservación en la Universidad de Washington, en Estados Unidos, aprovecha el olfato de los perros de los centros de refugio para salvar a especies en peligro de extinción, por medio de entrenamiento, gracias a un programa llamado Conservación Canines, que consiste en buscar los excrementos de estos animales en riesgo, desde tigres y búhos manchados hasta orcas en el océano.
Cabe indicar que los investigadores pueden sacar mucha información genética, fisiológica, toxicológica y alimenticia de los excrementos. Esta información permite que los científicos analicen la abundancia de la especie, su distribución, su uso de recursos y su estado de salud.
Aunque los perros trabajan mayoritariamente con excrementos de animales en tierra, también pueden identificar los excrementos en el agua. Los perros del programa han ayudado a los investigadores a estudiar las orcas de las Islas de San Juan, en Washington. En estos casos, los perros salen con los investigadores en una barca y localizan los excrementos, que emiten un olor que el olfato humano no puede detectar, en el agua.
Los excrementos de las orcas permiten que los investigadores sepan si está embarazada, si está comiendo bien o si tiene una enfermedad. El mencionado programa está basado en los métodos que se utilizan para entrenar a los perros detectores de drogas. Al final de su turno, los investigadores le brindan a los perros recompensas.
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