Los perros policías están entrenados para detectar marihuana, hachís y cocaína, las drogas más comunes.
Escribe: Redacción Capu y Bigotes
De perros abandonados a agentes de seguridad, así se presentan Odie, Suha, Tuca y Dyngo, los nuevos agentes de la Policía de Majadahonda, España.
Estos cuatro perros han pasado de estar en distintas perreras y centros de acogida a ser los integrantes de la recién estrenada unidad canina de este cuerpo policial.
Han recibido una formación especial que los convierte en la pesadillas de quienes compran y venden drogas.
Razas distintas, caminos iguales
Los cuatro perros son de especie distinta. Odie tiene rasgos de podenco, mientras que Suha tiene mezcla de alaskan malamute y pastor alemán, Tuca, es un pastor belga y Dyugo es un perro de agua.
Los ejemplares estaban en lugares muy distantes, uno se encontraba en el centro de acogida animal de Majadahonda. Otro, en una asociación protectora de Rivas-Vaciamadrid.
Uno de ellos ha llegado al municipio majariego tras quedar abandonado y ser rescatado en una finca de la provincia de Alicante.
Finalmente, el cuarto fue entregado al agente porque sus dueños no podían hacerse cargo de él.
Hora de divertirse
De acuerdo, con el instructor de los agentes y los canes, requieren unas características muy especiales, como no tener miedo ni agresividad, ser muy sociables y estar muy motivado en el juego. De hecho, su trabajo es considerado como una diversión.
Por eso, cuando encuentran el estupefaciente, se les da su premio. Este suele consistir en un rodillo de tela. Los ejemplares tienen desde seis meses a dos años y su vida laboral se prolongan hasta los siete u ocho años, e incluso a veces más tiempo.
Formación
La formación no solo la han recibido los ‘perros policías’, también, sus dueños. Ellos han tenido que estudiar un manual sobre la materia, con más de 900 páginas, solo para la parte teórica.
Además, tienen que dar un examen final y demostrar que su ejemplar ha sido adiestrado de manera adecuado y es capaz de encontrar muestras de drogas en los más variados lugares.
Todo terreno
Los ‘perros policías‘ están entrenados para detectar marihuana, hachís y cocaína, debido a que son las drogas más habituales en el consumo de la calle.
De igual modo, los perros son capaces de encontrar las drogas que estén ocultas en vehículos, personas y espacios abiertos.
Por eso, pueden trabajar en los lugares habituales en los que se desenvuelve la Policía Local.
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