Para evitar tener estos problemas con tu perro, tendrás que analizar algunas acciones que probablemente lo molesten.
Escrito: Redacción Capu y Bigotes
Como en toda relación —y más entre cuidadores y mascotas—siempre hay malos entendidos, incluso algunos no pasan desapercibidos.
Para evitar tener estos problemas con tu fiel amigo, tendrás que analizar algunas acciones que probablemente hagas y que sin pensarlo lleguen a molestarlo.
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Los ruidos y olores fuertes
Si usas muy a menudo el secador de cabello, la aspiradora, o fuegos artificiales (en alguna festividad), tienes que saber que los perros tienen un oído excepcional y una percepción de las vibraciones mucho más sensible que la nuestra. Por lo tanto, cualquier ruido que pueda molestarte a ti, seguramente aterrará a tu mejor amigo.
Hablar mucho y no usar el lenguaje corporal

Muchas veces le hablamos a nuestro perro —y aunque eso está bien—si lo hacemos en exceso, o si no utilizamos gestos y palabras cortas que el can pueda entender, no estaremos haciendo más que agobiar a nuestro amigo. Ellos prefiere que te comuniques, mediante tu lenguaje corporal.
Regañar excesivamente o fuera de tiempo
Puede que cuando estemos de mal humor, hayamos tenido un mal día, o nos enfademos porque ha hecho algo que no nos gusta, le transmitamos ese enfado y negatividad, o si lo regañamos fuera de tiempo, él no entenderá lo que está pasando. Tu acción puede provocarles miedo y estrés.
Faltas de rutinas y coherencia
A los perros les gusta tener una rutina, pues se sienten más seguros y tranquilos. No mantener los horarios, regañarlos sin sentido, o darles indicaciones incoherentes, hace que tu perro no se estabilice en el hogar y pueda mantenerse en un estado de estrés o incomodidad.
Mirarlos fijamente a los ojos
Si alguna vez lo has hecho, sabrás que rehuyen la mirada. El contacto visual prolongado para los cane, equivale a un reto, a un estado de alerta, o al miedo. Evita la mirada fija con perro que no sea tuyo, podrías llevarte un disgusto.
Besos y Abrazos en exceso
Entre perros no se abrazan ni besan como hacemos nosotros. Para ellos que los abracemos y besemos, es algo muy confuso, especialmente si no han sido acostumbrados de cachorros.
Con los abrazos los bloqueamos e inmovilizamos, algo que pueden tomarlo como un juego, pero hasta cierto punto. Aunque hay perros muy afectuosos y además sumisos que si aceptan abrazos, la mayoría no los tolera mucho.
No usar las correas y pasearlos con prisa
Esto se puede dar cuando mantenemos la correa tensa, vamos dando tirones, no lo dejamos que olfatee su entorno, o muchas veces lo paseamos pocos minutos y tenemos prisa por llegar a algún lugar. El necesita tiempo y rato para explorar su entorno y relacionarse con los demás, así como para oler, hacer sus necesidades y jugar.
Vestirlos innecesariamente
Hazlo si hace mucho frío o si necesitamos cubrir alguna parte de su cuerpo, por alguna herida o problema. Lo que no soporta, o al menos la mayoría de ellos, es vestirlos porque si. Si este es el caso, ellos no se sentirán cómodos.
Asearlo muy amenudo
Para nosotros es normal asearlos cada día, pero para ellos no lo es. Ellos se mantienen limpios a su manera, necesitan sudar corporal para comunicarse con los demás.

Ser aburridos o estar ausentes
Los perros no soportan estar aburridos, quieren hacer cosas y compartir su tiempo contigo. Por supuesto, odian cuando estas ausente. Nunca están seguros de cuándo vas a volver o si lo harás. De ahí su enorme alegría cuando regresas.
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