En el caso de los perros y gatos, algunas fobias y miedos se relacionan por su origen primitivo y temores territorialistas.
Fuente: Kyenyke.com
Los terrores primarios de las mascotas son similares y están determinados por distintos factores que podrían desencadenar en comportamientos preocupantes. Es importante comprenderlos para poder tranquilizarlos.
Al igual que todos los seres vivos, las mascotas experimentan, a lo largo de su vida, algunas fobias y miedos, que en el caso de los perros y gatos, se relacionan por su origen primitivo y temores territorialistas.
El tener miedo es una respuesta normal a diferentes situaciones desconocidas que se pueden presentar. Se debe tener en cuenta que el sentido del oído está muy desarrollado en ambos animales, y pueden advertir distintas amenazas rápidamente, como los petardos, las tormentas o simplemente desconocidas visitas en la casa. Sin embargo, son causas que no representan peligro, y se puede retomar la actividad normal.
Por otra parte, la fobia es un sentimiento de miedo más intenso y desproporcionado, que tiende a manifestarse de una manera excesiva y exagerada que causa comportamientos inusuales en las mascotas.
La etóloga clínica, Silvia Vai explica, que estos peludos amigos “quieren estar en todo momento con su dueño. Están intranquilos, inquietos, jadean y hasta tiemblan. También, pueden buscar refugio en lugares impensados, pero como no se sienten seguros en ningún lugar, continúan buscando ese espacio que les posibilite protegerse y calmarse”.
Para ello, la doctora indica los miedos y las fobias que se podrían presentar en ambas situaciones y que se pueden minimizar si se tienen en cuenta.
Fobias que comparten perros y gatos
- Tormentas, petardos y fuegos artificiales
- Serpientes
- Agua
- Espacios abiertos
- Claustrofobia
Un curioso temor irracional que comparten ambos es el miedo al pepino. Varios vídeos se han viralizado donde situaban un pepino junto a los felinos y ellos saltan de un gran susto. Este miedo se relaciona con el pavor que sienten por los reptiles, como por ejemplo, a las serpientes. Sin embargo, en los perros no ocurre mucho, ya que ellos son capaces de detectar un objeto inanimado de manera tridimensional.
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